Director Mostra FIRE!!
Todo indica que vivimos momentos convulsos en los que las estructuras sociales están cayendo y pidiendo a gritos una nueva mirada, un planteamiento distinto, acorde con los tiempos que nos ha tocado vivir.
Revueltas sociales en Egipto, Libia, Marruecos, Siria, etc., viejas dictaduras que no resisten ya el impacto de la democratización de las tecnologías y del acceso a la información; el sistema capitalista occidental saltando por los aires ante la injusticia social, el cinismo político y la obscenidad del poder financiero; las religiones incapaces de dar respuestas a sus seguidores sin romper sus propias tradiciones; el cansancio del ecosistema agredido… Pasarán varias generaciones antes de ver el cambio, pero a la nuestra nos toca no esconder la cabeza, actuar y aportar nuevos referentes individuales y colectivos que contribuyan a progresar sin violencia, a transformar sin romper.
Y es en ese contexto en el que podemos mantener una visión y una actitud positiva, constructiva, pero realista si nos damos la oportunidad de utilizar la energía femenina como referente en todos los ámbitos del ser, desde lo íntimo a lo social, de lo político a lo educativo, de la economía al Arte. Lo femenino no como sintagma exclusivo de la mujer sino como la energía creadora, intuitiva, e ilimitada que hay en todas las personas; lo femenino como poder transformador, integrador y activo. Lo femenino como consciencia, como generador de vida y como potencia creadora.
Lo interesente es la consciencia; la orientación sexual, el género, la identidad o las creencias son siempre aleatorias, circunstanciales, fruto del azar, la tradición o la genética; todas ellas son válidas y necesarias pero lo realmente interesante es la consciencia, el despertar a la realidad de las cosas. Y después de siglos de supremacía de lo masculino, hay que dar paso a la energía femenina reprimida y excluida desde hace demasiado tiempo de la toma de decisiones en el devenir del mundo.
Lo femenino tiene un potencial fortísimo; aporta, de entrada, la vivencia de la diferencia, la experiencia de la marginación… y esta vivencia predispone de una mayor capacidad de comprensión, de solidaridad con los demás y de una especial sensibilidad que, a priori, potencia una mayor voracidad ante la vida, un poderoso espíritu de supervivencia que estimula por necesidad la imaginación y la destreza para manejarse en un entorno hostil; una capacidad de adaptación y de vivir que en muchos casos se manifiesta a través de la creatividad. Un valor; ni mejor ni peor que otros, pero un valor.
Este año proponemos el valor de lo femenino como protagonista. Por eso el cartel de la Mostra 2011; una mirada liberadora que después de morder la manzana te desafía y te dice: ¿… te atreves?